En el valle del río Almanzora, podemos visitar la pequeña población de Arboleas.
Arboleas pueblo que se sitúa a la margen derecha del río Almanzora, situado sobre su vega que se riega con las aguas del río y de los manantiales inmediatos. Dicen que en siglos pasados se pescaban sabrosas truchas en sus aguas cristalinas, que movían más de una docena de molinos harineros asentados en otras tantas aldeas sitas a lo largo de su curso.
Empezamos visitando y sobre todo los amantes del arte, no podemos dejar de visitar el Museo Pedro Gilabert está dedicado al genial artista naïf Pedro Gilabert, nacido en Arboleas en 1915. La colección permanente está compuesta por 142 esculturas talladas en madera de olivo por el artista.
Además de 2 salas de exposición permanente, el museo cuenta con un salón de actos y 2 salas de exposiciones itinerantes. Gracias a estas instalaciones, el Museo Pedro Gilabert dispone de una extensa programación de exposiciones temporales durante todo el año, sirve de escenario para muestras itinerantes organizadas por otras instituciones y aloja diferentes actividades culturales del municipio y la comarca.
Uno de los lugares que más nos puede llamar la atención es Torre Vigía de Arboleas se encuentra situada en la margen derecha del río Almanzora. Data del siglo XII (periodo nazarí), de reducidas dimensiones, con planta octogonal, no albergada a la población de Arboleas por su reducido tamaño pero sí ejercía como torre de vigilancia. Es posible que se trate de un minarete de una mezquita existente en Arboleas.
La Torre Vigía de Arboleas se caracteriza de paredes lisas y sencillas, hacia un lado tiene adosado un pequeño aljibe para almacenar agua de lluvia. Sobre la antigua torre se ha adosado un cuerpo superior con ventanas tapiadas convexas que constituyen el único adorno.
La Torre Vigía de Arboleas, es una más de las que se distribuyeron a lo largo de todo el cauce del río Almanzora. A diferencia de las otras, que son circulares, tiene planta octogonal, lo cual hace suponer que pudo ser reconstruida en la etapa musulmana, por su forma y color.
No debemos perdernos un interesante caserío sobre el que destaca como edificio de mayor interés su templo Parroquial de Santiago, obra edificada en la segunda mitad del S. XIX, de estilo ecléctico.
Recibe el nombre de Santiago Apóstol, aunque el Patrón es San Roque. Construida a mediados del siglo XIX por los arquitectos López Rull y Ortiz de Villejos al estilo neoclásico. Tiene tres óculos propios de la arquitectura gótica al igual que su portada que presenta arcos hacia dentro. Entre la nave central y la lateral se colocan columnas de hierro imitando a mármol. Este detalle muestra rasgos de modernidad debido a las minas de hierro y a la aparición de diversas industrias locales de fundición. Su cúpula es de media naranja que se coloca encima del crucero, cuya finalidad es dar luz a la Iglesia. En sus altares destacan detalles dorados típicos del barroco.
Recordar que muchos de los recursos a visitar se catalogan como Bienes de Interés Cultural, por lo que sólo deben ser explicados por un guía Oficial, cualquier persona que intente explicarlos sin su correspondiente acreditación puede ser sancionado por ello.
Este es otro de los lugares que les puedo mostrar a los grupos que vengan a Almería durante los fines de semana, Trabajo tanto para agencias de viajes, como para particulares, soy guía turístico oficial. La visita a este pueblo se puede incluir en una excursión más amplia para conocer el Valle del Almanzora con visitas otras poblaciones como son: Zurgena, Albox, Cantoria, Almanzora, Fines, Macael, y el Santuario del Saliente que se encuentra a 19 kms de la localidad Albox, de este santurio y de la romería se hablará en otras publicaciones.
Te puedes poner en contacto conmigo, pinchando aquí . (Indicar la población o poblaciones, a visitar, número de personas aproximado, y las posibles fechas, a ser posible dos por si no hubiese disponibilidad, en la primera de ellas)
En el levante de Almería, hay un pequeño pueblo con un encanto especial con su tierras convertidas en un vergel de frutales, cítricos y hortalizas, rodeado por otros terrenos más áridos. Hoy os enseño la localidad de Antas.
En su término se encuentran numerosos yacimientos prehistóricos que demuestran lo privilegiado de este lugar, entre destaca el Argar, verdadero eje de una cultura que se extendió por el sudeste de la Península en la Edad del Bronce.
A nuestra llegada y antes de entrar en la población nos encontramos con el Real de Antas con el denominado “Acueducto de El Real de Antas”
Se trata de una construcción de la segunda mitad del siglo XIX, que se utilizaba para conducir las aguas desde un punto a otro de la rica vega de Antas. El acueducto originariamente contaba con 293 m de longitud y está construido en mampostería ordinaria de piedra caliza con mortero de cal. Presenta dos estructuras diferentes: un primer tramo, junto al estanque, consistente en un muro macizo sin huecos, y un segundo tramo compuesto de dos cuerpos superpuestos con arcos.
Seguimos nuestro recorrido en autocar hasta el núcleo urbano donde se encuentra La Era del Lugar, una plaza utilizada desde siempre para las fiestas populares de Antas. En el lugar se construyó en los años 40 del pasado siglo una pequeña ermita, en la que durante algunos días al año coincidiendo con las fiestas patronales se encuentra la Virgen de la Cabeza trasladada desde el Cabezo María.
Recorriendo sus peculiares calles, llegaremos hasta donde se encuentra Iglesia Parroquial de Santa María de la Cabeza. Consagrada en 1505, fue una de las primeras iglesias construidas en la zona tras la conquista de los Reyes Católicos. En su interior guarda la imagen de la Virgen de la Cabeza, Patrona de Antas y por quien los antenses tienen gran devoción. Esta imagen, tallada en madera de roble por el escultor Pedro Ruiz de Vitoria, sustituye a una anterior, atribuida a Salzillo, pero destruida en la Guerra Civil, si bien se salvó la imagen del Niño Jesús que hoy reposa nuevamente en los brazos de su madre.
Nos trasladamos hasta el Cerro del Cabezo María, está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) debido a la importancia de los yacimientos arqueológicos que contiene, que abarcan desde el Bronce Medio hasta época moderna. La tradición oral habla de la aparición en este lugar de la Virgen María de la Cabeza, el 12 de agosto de 1427, a un pastor llamado Manuel. Esto motivó la construcción de la ermita que corona el cerro. Se trata de un edificio de planta cuadrada con una serie de volúmenes en tres de sus lados. La fachada principal presenta la puerta de entrada en arco de medio punto que da acceso a un vestíbulo con bancos de piedra adosados a las paredes. La pequeña capilla de la Virgen es de planta cuadrada con arquería ciega de medio punto sobre pilastras que sirven de base a una especie de cúpula. Por una puerta lateral se accede a la antigua vivienda del ermitaño que cuidaba de la misma, que se encuentra en estado ruinoso.
Hasta aquí nuestro recorrido por Antas, es verdad que nos dejamos una parte muy importante de la historia de Antas, como la cultura Algarica. De la cual ya se mencionará en otra ocasión
Recordar que muchos de los recursos a visitar se catalogan como Bienes de Interés Cultural, por lo que sólo deben ser explicados por un guía Oficial, cualquier persona que intente explicarlos sin su correspondiente acreditación puede ser sancionado por ello.
Estos lugares se los puedo mostrar a los grupos que visiten durante fin de semana el levante almeriense, (Turre, Los Gallardos, Bedar, Pulpi, Cuevas del Almanzora, Garricha, Mojácar, Vera y Antas). Trabajo tanto para agencias de viajes, como para particulares y grupos privados.
En nuestra ruta por Almería, nos trasladamos hasta la cara norte de la Sierra de los Filabres, en el límite con la provincia de Granada, donde se encuentra la población de Alcontar.
En su término, además de otras fuentes, nace el río Almanzora, en un paisaje en el que contrasta la aridez de los cerros, sierras y secano con las zonas de huertas próximas al río. Junto a este se ubica el pueblo, de calles serpenteantes, con numerosas encrucijadas que conducen siempre a la tranquilidad y al sosiego.
Como visitantes encontraremos un pueblo idóneo para hacer un alto en el camino, un pueblo de urbanismo atractivo en las calles que se retuercen hasta la plaza del ayuntamiento y de la fuente de agua de excelente calidad; un pueblo de atmósfera tranquila y silenciosa, como corresponde a la sierra; un pueblo de gastronomía excelente en la que destacar unos excelentes embutidos. Un pueblo para desconectar durante un ratito de la realidad de cada día.
Es un pequeño pueblo de calles serpenteantes con numerosas encrucijadas, que nos llevan a la pequeña plaza del pueblo, donde se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de la Virgen del Rosario, construida en 1820, en cuyo interior destaca la presencia de un Cristo de gran realismo.
Si seguimos el recorrido por esta localidad, llegamos hasta el lavadero, un lugar que todavía hoy las mujeres mayores de la localidad utilizan para lavar la ropa.
Después de visitar la población de Alcontar, nos vamos a una de sus pedanías, visitamos El Hijate. En un cerro cercano nos vamos a encontrar con la Torre de los Moros, un mirador impresionante de todo el Almanzora, si el grupo se encuentra en condiciones físicas adecuadas y lo consideran pertinente subiremos hasta él. Esta Torre de los Moros, de planta circular, está construida en piedra. El acceso se realizaba por la parte superior, donde se llegaba con una escalera de madera. Ha desaparecido la cubierta y parte del muro de coronación debido a las duras condiciones meteorológicas de la zona y al paso de los años. Esta torre formaba parte de la red de fortificaciones y puntos defensivos. Construida en época nazarí, su función era vigilar, defender y avisar en caso de ataque a los pueblos vecinos, en este caso a la torre de Somontín (al sur) y a la de Caniles (al norte). De día se comunicaban con humo y de noche con reflejos de luz, con espejos.
Ya en la pedanía vamos recorrer sus calles y llegando hasta la plaza donde se encuentra la Iglesia de San Antonio de Padua. Seguro que después de toda una mañana recorriendo las callejuelas del pueblo y de esta pedanía, al grupo le puede ir entrando hambre, para eso lo mejor como aperitivo a la comida, es visitar una fábrica de Jamones. Claro está, si la agencia organizadora lo cree conveniente. En El Hijate, tenemos Hijos de Catalina Rodríguez Castaño es una empresa familiar con más de 30 años de experiencia en la producción de jamones y embutidos. Experiencia avalada por la tradición de una familia de artesanos, Que día a día trabajan para conseguir un producto saludable y con unas características de sabor y aroma inigualables. Ya que se encuentra en un enclave los secaderos, a 975 metros de altitud, entre las sierras de los Filabres y las Estancias, que le aportan con sus vientos serranos, el nivel justo de frío y humedad para conseguir una curación con garantías de calidad.
Recordar que muchos de los recursos a visitar se catalogan como Bienes de Interés Cultural, por lo que sólo deben ser explicados por un guía Oficial, cualquier persona que intente explicarlos sin su correspondiente acreditación puede ser sancionado por ello.
Este es otro de los lugares que les puedo mostrar a los grupos que visiten Almería durante los fines de semana, Trabajo tanto para agencias de viajes, como para particulares, soy guía turístico oficial. La visita a este pueblo se puede incluir en una excursión más amplia para conocer la zona visitando otras poblaciones como son: Caniles (Granada), Serón, Tíjola, Lucar….
En lo más alto de la provincia de Almería, se encuentra el pueblo de Alcolea, situado en plena Alpujarra, y dentro de su termino municipal existen tres municipios: Lucainena, Darrical y Alcolea. Nosotros en esta visita nos centramos en la localidad de Alcolea.
En las inmediaciones de la oficina de turismo nos vamos a encontramos con una la casa señorial representativa de Alcolea en la Edad Moderna, los Marqueses de Iniza.
Alcolea es tierra de fuentes y de agua, que nos recuerdan la cercana presencia de Sierra Nevada y Sierra de Gádor, auténticos depósitos del preciado elemento, descargado lentamente para generar vida.
En una pequeña plazoleta nos recibe con sorpresa, la Fuente Nueva muestra como su estructura separa perfectamente, por motivos higiénicos, según criterios ilustrados, el pilar bajo para uso como abrevadero de ganado, de la fuente alta para uso humano y con los huecos para colocar los cántaros. Estas fuentes eran espacios de sociabilidad muy importantes en épocas pasadas.
Otra de las viviendas señoriales del pueblo, es la casa de Loreto Godoy. Era propiedad de Adela Ruiz Roda, descendiente de grandes propietarios de Alcolea, quien casa en 1896 con Francisco Valbuena Monterrey (1869-1931), XI marqués de Iniza. La pareja no tuvo hijos. A la muerte de la viuda pasará a su sobrina Loreto Godoy, que da nombre a la vivienda actual.
La fachada principal a la actual Plaza de la Iglesia es un cambio del siglo XIX, pues la portada principal, hoy cegada, daba a la calle Real, la antigua calle principal de acceso a la Alpujarra y Ugíjar. De nuevo encontramos la importancia de la rejería, el balcón sobre la portada y, en general, la arquitectura como elemento de representatividad social de la nueva nobleza rural.
Pero el símbolo artístico y cultural de Alcolea es esta Iglesia De San Sebastián. Su imponente y rotundo volumen exterior nos habla de una larga y compleja historia constructiva y de una rehabilitación reciente sufragada por los vecinos. La primitiva iglesia mudéjar de mediados del siglo XVI, mucho más sencilla, presentaba una sola nave y cubierta con armadura mudéjar.
Cerca de la iglesia encontramos un lavadero, que conserva el encanto original y un bello entorno rural. Además la fuente-lavadero no ha sido reformada, conservando el encanto de lo original. La fuente mana sobre un abrevadero redondo y de allí vierte al anexo y alargado lavadero, una gran balsa rectangular, a cuyo alrededor se disponen las superficies de lavado, que si pudieran hablar nos trasladarían un montón de historias y vivencias paralelas al discurrir del agua y la dura faena del lavado. Desde allí el agua discurre a otras dos albercas escalonadas apoyadas en un peñón calizo.
La ermita se sitúa en el antiguo camino real que procedía de la costa, se trata de un templo barroco levantado en 1709 (la fecha aparece en un lateral bajo la cornisa). En el mismo edificio encontramos un espacio anexo que pudo servir como casa del ermitaño y sacristía, mientras que, junto a la puerta, encontramos en el suelo el hueco circular del aljibe subterráneo. Pero el mayor atractivo se encuentra en el interior, con una planta de una gran nave cubierta con bóveda de cañón, con tribuna a los pies, capilla mayor diferenciada y un sencillo camarín, en la cabecera, elemento característico de la arquitectura religiosa granadina de la primera mitad del siglo XVIII que potencia el efectismo barroco del altar mayor. Sorprende la decoración con frescos representando a los Santos Apóstotes.
Dese aquí nos dirigimos hasta espacio era antiguamente el solar de una era de trilla, pero hoy recortada en su mitad para el trazado de la nueva calle.
Desde aquí podemos observar el entorno inmediato de la población, el valle del río Alcolea y la singular formación de cárcavas sobre margas que conforman la ladera del valle. A mayor distancia disfrutamos una vista general de la Alpujarra granadina, entre las sierras de la Contraviesa (al sur, con su máxima altura en el Cerrajón de Murtas) y Sierra Nevada (al norte, con el Mulhacén y el Pico de la Alcazaba como mayores alturas visibles).
El rosario de pueblos de la Alpujarra granadina, con su permanente tono blanco de cercanía al cielo, se encadenan en la media ladera de Sierra Nevada para ofrecer un singular y única vista panorámica, que de noche, adquiere una especial carga visual y emotiva con múltiples luces dominando el horizonte.
Recordar que muchos de los recursos a visitar se catalogan como Bienes de Interés Cultural, por lo que sólo deben ser explicados por un guía Oficial, cualquier persona que intente explicarlos sin su correspondiente acreditación puede ser sancionado por ello.
Este es otro de los lugares que les puedo mostrar a los grupos que visiten la Alpujarra durante los fines de semana, Trabajo tanto para agencias de viajes, como para particulares, soy guía turístico oficial. La visita a este pueblo se puede incluir en una excursión más amplia para conocer la zona visitando otras poblaciones como son: Cajayar, Laujar de Andarax, Valor, Ugijar ……
Dentro de la alpujarra en la vertiente almeriense y a tan sólo 34 km de la ciudad de Almería, se encuentra Alboloduy.
Alboloduy se caracteriza por ser un pueblo participativo y tranquilo, con una población agradable y solícita para el extraño que se acerca a conocer este pueblo tan representativo de las tradiciones culturales de la comarca.
Pasear por este tranquilo pueblo es contemplar su arquitectura y tecnología popular. Aún quedan activos en Alboloduy los lagares o jaraíces tradicionales y alguno de los molinos hidráulicos que existieron y que continúan funcionando cada vez que hay agua y grano para moler.
Lo primero que nos va a llamar la atención es su soberia araucaria (Araucaria excelsa), plantada a finales del siglo XIX, que constituye, posiblemente, el ejemplar centenario de mayor porte, en su especie, de la comarca.
Las araucarias constituyen un género botánico con origen muy antiguo por lo que son citados en ocasiones como fósiles vivientes, formados por 19 especies diferentes originarias de América del Sur y Oceanía.
Estos árboles, que pueden llegar a alcanzar los 80 metros, son platas de crecimiento lento, por lo que su presencia les dota de un mayor valor, aunque en el caso de este ejemplar se haya podido beneficiar de su ventajosa ubicación en un suelo profundo y suelto provisto de cierta humedad procedente de la circulación subterránea del río. Antiguamente utilizado como mástil para los barcos, se extenderá como ornamental por los jardines y cortijos de las zonas bajas y medias de nuestra comarca durante el siglo XIX, dando un llamativo contraste al paisaje.
Un segundo ejemplar de este género, pero de menor porte, se ubica a unas decenas de metros, junto al lavadero.
Desde este lugar nos dirigiremos por la calle Fuente hacia la Plaza de San Juan.
Es la plaza más importante de la población, un espacio de convivencia así llamado por encontrarse junto a la iglesia parroquial de San Juan, que constituye, obviamente, el edificio más llamativo de la plaza, abriendo su sencilla portada lateral hacia la misma. Junto a esta construcción religiosa, la conservación del conjunto de las casas y el soberbio ejemplar de plátano de sombra (plátanus hispánica), determina el interés histórico-urbanístico del conjunto.
Esta plaza constituye, además, un singular mirador del reloj de la población. La placa cerámica está colocada en medio de la plaza pero nos orienta perfectamente hacia el volumen de la Torre del Reloj, que domina en altura la trama urbana.
Lo habitual es visitar la Iglesia Parroquial de San Juan. Para ello tendremos que pedir cita para que se nos abra. Saben que antiguamente la vida de los pueblos se regía por la hora solar, que se reglamentaba en muchos casos, mediante la utilización de la sombra de algún elemento natural (peñón, árbol…). Ni siquiera la aparición de los relojes de sobremesa o de bolsillo en algunas casas adineradas hizo desaparecer la utilización de los elementos naturales. Con la llegada de los grandes relojes públicos en el siglo XIX, estos se instalan en torres levantadas al efecto o en las de las iglesias, en busca de un mayor alcance sonoro de las campanadas o, incluso, según el dominio laico o religioso del momento. En este sentido, hay que tener en cuenta que el ejemplar que contemplamos se construyó en 1.867, en tiempos del reinado de Isabel II.
La iglesia de Alboloduy, forma parte del último gran impulso estilístico tradicional, el Neoclásico, característico de la segunda mitad del siglo XVIII y primera mitad del XIX. La posición de la torre en el eje central de la nave (en lugar de en uno de los laterales), en este caso situada tras la cabecera, es un signo característico del neoclásico alpujarreño, que busca la simetría académica de forma acusada.
Arruinada la antigua iglesia que se situaba en la Plaza Vieja, la nueva, dedicada a San Juan Bautista, se levanta en la zona más baja del pueblo sobre los antiguos huertos, afectando a algunas casas del entorno. Fue realizada por el arquitecto Domingo Thomas entre1796 y 1802.
La Plaza del Ayuntamiento constituye un elemento fundamental en la estructura urbana, asentándose en una zona de crecimiento de los siglos XVIII y XIX. Aquí se ubica el edificio del Ayuntamiento, construido en 1902 y demolido a finales del siglo pasado, aunque respetándose la fachada primitiva, acorde con el estilo historicista de las viviendas burguesas del momento, donde destaca el clasicismo en la distribución de huecos, el uso del arco rebajado, las dos plantas de altura enmarcadas por un reforzamiento en falsos sillares en los extremos, y la característica cubierta plana mediterránea.
Nuestro paseo continua por la calle Muriana, en una esquina de la plaza, para continuar hacia Plaza De San Roque.
Nuestro paseo continua por la calle Alta. A lo largo de ella pasaremos junto al Zacatín (antigua calle medieval de las tiendas textiles) y a los curiosos callejones en ascenso, para llegar a la calle Rastro, con su curioso balcón de simbología masónica.
Sobre nuestro itinerario, mediante un escabroso acceso, se encuentra el barrio medieval de La Mezquita, donde se localiza el curioso cobertizo del Anetillo, y el barrio de El Barranco también de época musulmana. La placa cerámica se sitúa en el suelo al comienzo de la subida al barrio, por lo que deberemos después retroceder sobre nuestros pasos para continuar el recorrido urbano.
Igualmente, desde aquí se accede al Peñón del Moro, sobre el que se encontraba el desaparecido hizán o castillejo de Alboloduy. Actualmente, además de los escasos restos del recinto militar, se conserva parte del aljibe interior. Los vestigios arqueológicos encontrados en este asentamiento demuestran una anterior presencia de la Edad del Bronce y de época romana.
Continuando nuestro camino por la calle Mezquita nos acercaremos a la base del Peñón del Moro.
Hasta el siglo XIX gran parte del núcleo urbano de Alboloduy se concentraba en las laderas este y sur del Peñón del Moro. Aquí se localizan diversas cuevas excavadas en la roca, algunas de ellas actualmente cegadas, desde donde se comunicaba en ascenso con el castillo. Varias de estas cuevas se pueden observar en nuestro paseo.
Sin embargo, periódicamente, fruto de diversos procesos erosivos, rocas de diverso tamaño caían sobre las casas, provocando importantes daños materiales e, incluso, desgracias personales. Por ello a finales del siglo XIX se destinaron 100.000 pesetas de la época para construir una torre que contuviera los desprendimientos.
Conocida como «La Chimenea», la curiosa construcción, que estimula la curiosidad y desorienta a tantos visitantes, no es más que es una enorme torre maciza, troncopiramidal, de mampostería enfoscada.
Unos metros más adelante, detrás de la torre, se ubica un interesante mirador sobre el río y el Peñón de la Reina, el enorme macizo situado al otro lado del mismo, donde se localiza el más importante yacimiento de la Edad del Bronce de nuestra comarca.
Para seguir nuestro itinerario volveremos sobre nuestros pasos para tomar en descenso la sinuosa calle Cueva hasta llegar a la Plaza Vieja, posiblemente el antiguo zoco medieval. Igualmente, en la Calle Duque se ubica el Museo de Alboloduy, levantado sobre el solar que ocupaba la casa-palacio del Duque de Gor. La visita a este museo se realizará previa petición para su apertura, ya que suele estar cerrado y sólo suele abrir algún ratito los sábados.
Seguimos con nuestro paseo, hasta llegar a la Fuente – lavadero del Siglo XIX.
Corresponde a un soberbio conjunto hidráulico encadenado, que se inicia, en un primer espacio apergolado, con la Fuente de los Siete Caños, donde mujeres y hombres recogían en cántaros el agua que casi a diario llevaban, a mano o en bestias, para el servicio de las casas.
Los caños vierten sobre el canal, antiguo abrevadero, imprescindible para calmar la sed de los animales de carga de los que dependía gran parte de la fuerza de trabajo del pueblo.
Desde allí, el agua llega todavía limpia hasta el lavadero, ubicado en un segundo espacio, donde se ubica una larga pila corrida. Su construcción, ya avanzado el siglo XX, supuso una importante mejora en las condiciones de trabajo de las mujeres que hasta entonces tenían que lavar arrodilladas en la acequia. Finalmente, el agua se vierte a una gran alberca descubierta, que regula los riegos de la margen derecha del río Nacimiento, aguas abajo del pueblo.
Esta fuente de Alboloduy se nutre mediante una espectacular galería de origen medieval, excavada en el la roca, de aproximadamente 4 Kms de longitud, que atraviesa la base del Peñón del Moro, contando con diversos pozos de ventilación y limpieza, algunos de 20 metros de profundidad.
También podemos visitar, la Ermita del Santo Cristo de la Humildad. Con este recorrido podemos pasar la mañana, compartiendo la visita con otros pueblos de la zona.
Recordar que muchos de los recursos a visitar se catalogan como Bienes de Interés Cultural, por lo que sólo deben ser explicados por un guía Oficial, cualquier persona que intente explicarlos sin su correspondiente acreditación puede ser sancionado por ello.
Este es otro de los lugares que les puedo mostrar a los grupos que visiten la Alpujarra durante los fines de semana, Trabajo tanto para agencias de viajes, como para particulares, soy guía turístico oficial. La visita a este pueblo se puede incluir en una excursión más amplia para conocer la zona visitando otras poblaciones como son: Alhabía, Alsodux, Santa Cruz de Marchena.
Hoy visitamos la población de Albanchez. Municipio situado en la comarca del Valle del Almanzora, en las estribaciones septentrionales de la Sierra de los Filabres, en un terreno accidentado, montañoso y árido, cuya riqueza agrícola reside en el olivo, la vid, los cereales y las hortalizas. En medio de éste se perfila el pueblo, con las características de un pueblo serrano con casas encaladas, apiñadas y en cuesta, donde se conserva su arquitectura y fisonomía morisca. Con extensas huertas de naranjos y perales. en sus montes predomina la albaida, tomillo y retama.
Apenas cuenta con unos 687 habitantes a 31 de diciembre de 2020. Podemos realizar un recorrido por el casco del pueblo, visitando su iglesia, las numerosas plazas y plazuelas que se encuentran diseminadas por sus calles más significativas. En él existe un Castillo casi desaparecido. Solo quedan algunos vestigios. Fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento. Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español. En el año 1993 la Junta de Andalucía otorgó un reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de Andalucía.
Allí podemos visitar también: La Iglesia Parroquial: De estilo renacentista, consta de tres naves y su planta es la cruz latina, fue construida a mitad del siglo XVI. La Torre del Reloj: De piedra vista de sillería con campana de hierro colado, se construyó en el año 1.883, siendo alcalde D. Sebastián Ogayar León. También podemos realizar un pequeño recorrido senderista para visitar los Arcos de La Rambla del Pozo, como se conoce en el lugar al Acueducto Romano de Albánchez, es una construcción hidráulica excepcional, cuyo origen puede ser romano aunque sin confirmar. El primer dato escrito de los arcos data del siglo XVII y hace alusión a su uso para el regadío, fin para el que ha sido utilizado hasta principios del siglo XX.La construcción del Acueducto Romano de Albánchez ha sido conservada prácticamente en su totalidad y presenta 44,8 metros de anchura desiguales cuyas luces oscilan entre los 7 del arco mayor y los 4,2 metros del menor. Este Acueducto Romano de Albánchez situado a unos kilómetros de Albánchez, se compone de cinco arcos emplazados a más de veinte metros del cauce de la rambla, hecho que ha favorecido su conservación, ya que ha impedido que las crecidas de los ríos tan normales en estos parajes lo dañaran. Frente a la solidez de sus pilares, los enclaves de la obra en la ladera del barranco han cedido y obligado a la realización de diferentes restauraciones que afectan a los arcos laterales, sobre todo al oeste, y al central de 7 metros de luz derrumbado en tiempos pasados y recientemente restaurados.
También a las afueras de la localidad se encuentra La Fuente de los Caños, situada en un pequeño declive entre la margen derecha del río y la carretera de Cantoria. La fuente presenta un zócalo con cuatro grandes caños sobre otras tantas amplias concavidades para los cántaros. Sobre el zócalo, y a modo de frontal, hay una gran lápida de mármol rectangular del mismo material que el complemento decorativo en forma de medio punto que existe sobre ella. Esta lápida Incluye una inscripción con los datos sobre la construcción de la fuente y la fecha en la que tuvo lugar: el año 1880
Creo que podemos pasar un día relajante para disfrutar un poco de los paraísos interiores que tiene Almería , en cualquier época del año.
Este es otro de los lugares que les puedo mostrar a los grupos que vengan a Almería durante los fines de semana, trabajo tanto para agencias de viajes, como para grupos de particulares, soy guía turístico oficial. La visita a este pueblo se puede incluir en una excursión más amplia para conocer la zona visitando otras poblaciones como pueden ser Líjar, Chercos. son pueblos muy pequeños y donde es difícil llegar en un gran autocar, por esto es ideal para tours privados en varios vehículos particulares, o mini buses.
Limítrofe con la provincia de Granada, dentro del poniente almeriense, aunque también hay quien denomina el emplazamiento de este lugar como principio de la alpujarra en su vertiente almeriense, se encuentra la población de Adra, nuestra visita de Hoy.
Adra es un pueblo marinero y volcado con el mar y así es su fisonomía como población, con calles que nos conducen el mar y a su puerto. Nuestra visita la vamos a comenzar un poquito antes, la primera parada va a ser la antigua azucarera de Adra. Se trata de una antigua fábrica de azúcar que estuvo funcionando durante 63 años, actualmente previa petición de cita, se puede visitar alguna de las antiguas dependencias.
Desde ahí seguiremos nuestro recorrido en el autocar hasta llegar a la zona del puerto de Adra. Donde comenzamos una ruta a pie por la localidad. Lo primero claro está el puerto. Donde la historia nos cuenta que Boabdil el Chico, último rey de Granada, embarcó camino de Fez después de perder su último baluarte. Actualmente Adra, cuenta con uno de los puertos más importantes de la provincia de Almería.
Desde ahí nos dirigiremos hasta la Torre de los Perdigones, este monumento, convertido hoy en oficina de turismo, pertenece a la fábrica de fundición de plomo San Andrés, fundada en 1822. Esta fábrica fue cayendo en la decadencia a partir de 1840 debido al agotamiento de las minas de plomo de Sierra de Gádor.
A continuación visitaremos un pequeño Museo del Mar. El museo albergará exposiciones sobre la historia del puerto, la tradición conservera y elementos tradicionales de la pesca.
Recorriendo las calles de la localidad, llegamos hasta la plaza vieja, la Plaza Ortiz de Villajos, se denomina así en honor del introductor del charlestón en España. Este lugar podremos visitar, previa cita, los refugios de la Guerra Civil. Aunque hay poca información al respecto y muchos en Adra aún no saben que existe la localidad cuenta con uno de los refugios excavados durante la guerra civil española mejor conservados.
Se trata de un túnel con dos entradas, de 86 metros de largo, en forma de U, y unos dos metros de alto por otros dos de ancho.
Muy cerca tenemos Restos de Murallas de la Fortaleza de Adra (S.XVI). Se trata de los restos de una fortificación mandada construir por la Reina doña Juana -La Loca-, que representaría una de las más destacadas defensas contra los continuos ataques de piratas. Luis de Requesens, Don Juan de Austria y el Marques de los Velez, tendrían en este puerto su base para atacar a los moriscos en la Rebelión de las Alpujarras. Luego, las prioridades castellanas fueron otras y esta fortaleza cayó en el olvido. Fue en el siglo XX cuando la incultura, el abandono y los intereses privados causaron mayor daño a sus torreones y murallas.
La iglesia de Adra se sitúa dentro del primitivo recinto amurallado que mandó construir en 1505 la Reina Juana I coincidiendo con la concesión de Privilegios y Exenciones Fiscales. Edificada en 1530 y dispuesta en una sola nave, el templo estuvo dedicado a Santa María de la Encarnación.
El primitivo templo de Adra era una nave cubierta de bóveda de cantería, capilla mayor y laterales.
Este templo construido de bóveda quedó destruido tras el incendio al que fue sometido en el asalto turco de octubre de 1620. Antes de producirse el asalto el vicario Juan Ginés de Espinosa logró sacar de la iglesia el Sacramento con la custodia de plata y lo llevó a la torre. Tras el asalto la iglesia fue hallada en ruinas, los ladrillos levantados y rotos y los altares destruidos y por tierra. La sacristía quemada, los crucifijos y las imágenes también.
El actual edificio, remodelado definitivamente a mediados de los años 90 del siglo XX por el arquitecto abderitano Nicolás Linares Fernández, fue reconstruido en 1761 con ladrillo, piedra y tapial. Tiene planta de cruz latina con dos puertas orientadas a poniente y sur a las que más tarde se le añadiría una nueva orientada a Norte. De tres naves, en su altar mayor, en un camarín, se halla la imagen de la Purísima Concepción bajo cuya nueva advocación está la parroquia, que según el relato del asalto turco fue rescatada milagrosamente del incendio de 1620 por un hombre de Motril que no recibió una sola herida de bala despues de ser intensamente tiroteado por los turcos. Posteriormente la iglesia recibió una talla que data de 1623 que representa a un cristo crucificado, ó «Cristo de la Expiración» obra atribuida al escultor granadino Alonso de Mena y Escalante.
Desde ahí nos dirigiremos hasta el Museo de Adra. Se trata de un palacio del siglo XVIII, el Museo de Adra, se encuentra en la casa del Marqués de Villacañas al lado de la Ermita de San Sebastián.
Sus seis salas de exposiciones cuentan con numerosos vestigios, taller para actividades escolares, salas de conferencia y una zona destinada a investigación. Desde su patio se accede al Yacimiento arqueológico del Cerro de Montecristo.
El Museo de Adra cuenta con tres salas expositivas que muestran el legado cultural del mundo fenicio, púnico y romano, que harán posible que el binomio “educación y entretenimiento” se haga realidad. Además, en sus salas se desarrollan exposiciones temporales de gran prestigio a lo largo de todo el año.
Con todo esto podemos pasar una mañana o una tarde entretenida. Muchas agencias de viajes cuando envían grupos a Almería, y llegan por la mañana, suelen programar una excursión por la tarde, cuando tienen el hotel Roquetas de Mar o El Ejido. En general esta excursión suele ser de las preferidas tanto de mañana como de tarde para los grupos que se alojen en esas dos poblaciones.
Recordar que muchos de los recursos a visitar se catalogan como Bienes de Interés Cultural, por lo que sólo deben ser explicados por un guía Oficial, cualquier persona que intente explicarlos sin su correspondiente acreditación puede ser sancionado por ello.Este es otro de los lugares que les puedo mostrar a los grupos que vengan a Almería durante los fines de semana, Trabajo tanto para agencias de viajes, como para grupos de particulares, soy guía turístico oficial. La visita a este pueblo puede ser por si misma una excursión de medio día.Te puedes poner en contacto conmigo, pinchando aquí . (Indicar la población o poblaciones, a visitar, número de personas aproximado, y las posibles fechas, a ser posible dos por si no hubiese disponibilidad, en la primera de ellas) y de viernes a domingo.
En la alpujarra almeriense hay lugares, casi desconocidos, uno de ellos es Padules.
Esta población situada a 754 metros sobre el nivel del mar, con apenas 520 habitantes, es un auténtico places para todos los sentidos. Un lugar donde podemos encontrar bodegas para degustar su propio vino. Antaño la uva, para su consumo en mesa, fue el principal cultivo de la localidad, como también en el resto de la comarca. La uva de embarque, que se comercializaba fuera de Almería y que se trasladaba en barriles a otros lugares a bordo de barcos de carga, que se hacían con la fruta en el puerto de Almería, dio una gran prosperidad a la localidad y pueblos de la zona. Actualmente, desaparecida la demanda de este tipo de uva, se ha procedido a cultivar otra, la de viña, cuyo destino es la producción y elaboración de vino. Miembros del sector agrario de la localidad reconocen que esta reconversión ha obedecido a la demanda de la sociedad, que acepta muy bien la comercialización de los caldos y vinos almerienses.
Al visitar el pueblo no podemos dejar de acércanos hasta la Iglesia Parroquial de Santa María La Mayor, procedente del siglo XVI y estilo mudéjar.
En el último cuarto de siglo XIX se transformó el sentido de su espacio interior al cegar la puerta de sus pies.
La iglesia original fue quemada en 1568, aunque sólo 11 años después se comenzó su reconstrucción por orden del arzobispo de Granada.
El interior de la iglesia tiene una decoración muy original con sillones hechos con troncos de castaño y la pila bautismal de una pieza de molino.
Si seguimos paseando la mirada se detiene, durante el viaje, en la ermita de Nuestra Señora de los Desamparados, interesante construcción religiosa de trazas mudéjares, en busca de mecenas que costee su apremiante restauración. Los devotos vecinos de Padules, Beires y Almócita se lo agradecerán. Allí, y a lo largo de todo el trayecto, descubrirá restos de la impronta morisca y judía, deleitándose con algunos rincones de gran encanto y esencias totalmente árabes.
En nuestro recorrido, en un momento del mismo, nos encontramos con el Mirador del Tajo Fariate. Situado en el extremo sureste permite unas sorprendentes vistas a un profundo tajo orientado hacia el valle, una mirada que nos señala el lugar en donde se situaban las tres principales eras de trilla de la población, dos de ellas de lastra, que aprovechaban la roca de base, y otra empedrada, formando un espacio colectivo conocido como ejido. Era el punto de partida para la elaboración del pan, sustento alimenticio fundamental para las comunidades tradicionales.
Desde aquí podremos identificar la práctica totalidad del término municipal, con las estribaciones de Sierra Nevada a nuestra izquierda, al frente se sitúan los cerros del Desierto de Tabernas, Sierra Alhamilla al fondo, y sierra de Gádor al sur. Pocos lugares de la provincia y la Alpujarra permiten identificar tantas referencias geográficas, por lo que no podemos desaprovechar la oportunidad.
Un poco más adelante nos encontramos con la Fuente Lavadero de Padules. La Fuente de Padules, principal abastecimiento de agua de la población, a la que acudían tradicionalmente las mujeres con sus cántaros y los hombres con las bestias y sus aguaderas, para así aportar el preciado líquido a las casas o abrevar a los animales, hasta que en 1961 se realiza la red de suministro red municipal. La fuente era el principal lugar comunitario, espacio para compartir vivencias, charlar o cruzar miradas o algo más con el otro sexo.
Más abajo se ubica el lavadero, abierto al paisaje mediante una arquería y recientemente restaurado. El escalón inferior inmediato corresponde a la balsa de acumulación, que recoge y regula el agua con destino al riego. Esta balsa conserva el paramento exterior primitivo de mampostería con sus contrafuertes.
Finalmente, unas decenas de metros más debajo de este lavadero, siguiendo el camino, se ubica el llamado «Martillo» o lavadero nuevo, un curioso lavadero de grandes pilas escalonadas, directamente asentadas sobre la acequia, que se construyó en los años treinta del siglo XX con el fin de poder lavar en el mismo las mantas y jergones, elementos de mayor tamaño y peso que requerían un lugar específico y adaptado para el lavado.
Uno de los lugares más destacados se encuentra a unos 3 kilómetros de la localidad.Se trata del paraje natural “Las canales” es parte del patrimonio natural almeriense. Un lugar ideal para ser visitado en otoño, o en primavera. También hay quién lo visita en verano para así, poder disfrutar de estas cascadas de agua, y darse un buen baño. Aunque su acceso a él, por lo general se debe hacer a pie o mediante un todo terreno.
El curso de agua que sigue el río Andarax nos invita a disfrutar del medio ambiente y la naturaleza en esta ruta refrescante con pozas, cascadas y cañones de piedra.
Estos lugares se los puedo mostrar a los grupos que visiten la Alpujarra, tanto granadina como almeriense, durante los Fines de Semana. Trabajo tanto para agencias de viajes, como para particulares y grupos privados. Pueden pedirme que les cotice mi trabajo a través de la pestaña de contactos o enviando un correo electrónico pinchando aquí.
Visitamos hoy en el valle del Andarax, dentro de la Almeriense la población de Bentarique. Situada a tan solo 32 km de la ciudad de Almería.
Esta excursión es, ante todo, a un tesoro de la naturaleza, un pueblo rodeado de huertas y de amplio pasado morisco.
Visitar este pueblo, es volver a la época de esplendor de la uva de embarque, también es vivir intensamente lo que durante algún tiempo ha sido para él la pólvora.
Comenzamos nuestro trayecto por la población de Bentarique desde el Paseo Doctor Pérez, donde en el nº 2 apreciamos una pequeña y sencilla vivienda burguesa de finales del siglo XIX, la Casa de Don Damián, con una fachada de una sola planta, aunque en realidad presenta dos alturas en la trasera por situarse en un solar de gran desnivel. El diseño es claramente clasicista, con una puerta central encuadrada entre dos vanos laterales enrejados, cuya sencillez contrasta con la recargada cornisa, que actúa como pretil de la azotea superior.
Esta casa, a lo largo de la historia, se ha convertido en parte la historia del pueblo. Por ejemplo en sus bajos se guardaba la diligencia que conectaba con la capital, posteriormente fue el Bar Damián y más recientemente acogió la primera centralita manual de teléfonos del pueblo, centro de información y comunicación de una pequeña comunidad rural. Posteriormente, en los años setenta se instaló aquí la primera discoteca del pueblo, hoy cerrada.
Llegamos hasta la plaza de la constitución donde se encuentra nuestra siguiente parada. La casa de Doña Encarnación Salvador, un magnífico ejemplo de la arquitectura burguesa de finales del siglo XIX, con el modelo unifamiliar de dos plantas y una composición eclecticista de la fachada, que combina una composición clásica y simétrica en la distribución de los huecos con una sencillez decorativa en el recuadramiento con arcos segmentados y moldurados.
La portada da paso a un zaguán con cenefas de frescos y tras la puerta interior accedemos al patio de luces o casetón, que organiza la vivienda en torno suyo, pero con la novedad de sostenerse mediante unas vigas de madera sobre zapatas empotradas en las paredes laterales, lo que sitúan a esta vivienda como modelo intermedio entre las tipologías señoriales y las viviendas plenamente burguesas con patio cubierto del siglo XIX.
A pesar del nombre reciente de Dª Encarnación Salvador, debemos remontarnos a un antepasado suyo, el médico José Salvador Andrés, un importante también empresario local que fundó una vecina fábrica de harinas y una industria de fabricación pólvora y dinamita para las minas de la sierra en 1883. Pero, asimismo, con un compromiso político (en 1890 aparece como Presidente del Comité Republicano Progresista del partido de Canjáyar y concejal) y social (contribuyó a fundar una escuela de adultos, para lo que pidió consejos al Padre Manjón, y cedió tierras para un trabajo comunitario de los obreros, actitud cercana a la doctrina social de la Iglesia), algo nada habitual en la especulativa e individualista burguesía del momento.
Recorriendo sus calles llegamos hasta el Mirador del Paseo. Un balcón hacia el río Andarax constituye un lugar especialmente sugestivo de atractivas vistas. Por un lado el complejo deportivo recreativo de La Alameda, donde se ubica el antiguo molino de Bentarique, hoy convertido en restaurante.
Al otro lado del río y hacia el oeste un pequeño cerro coronado por un cortijo con un grupo de pinos,corresponde con el primer asentamiento prehistórico de la zona. Algo más lejos, un gigantesco plátano de sombra nos informa de la localización de los antiguos baños de La Posnilla.
Más al este, a un par de kms, el cerro de Marchena aloja los restos de los que fue la antigua alcazaba el mismo nombre, centro del poder político y militar del conjunto de la taha medieval y moderna.
Sin duda alguna, uno de los lugares más emblemáticos de Bentarique es la Iglesia de la Asunción del siglo XVII. El volumen de la esbelta iglesia domina la trama urbana. Nos encontramos ante el modelo más sencillo de una iglesia mudéjar alpujarreña, compuesta por una sola nave con capilla mayor diferenciada mediante arco triunfal, modelo adecuado a las necesidades de una pequeña comunidad rural, pero con la novedad de disponer un tardío camarín levantado en 1823 para potenciar el espacio trascendente y mágico del altar mayor mediante una habitación iluminada para la imagen, una forma de destacar aun más la religiosidad popular, característica de todo el valle del Andarax.
Situado en el borde urbano como mirador sobre el río y la vega, se encuentra la avenida de la estación, que nos permite además identificar las cárcavas sobre materiales arcillosos que se manifiestan por el desmantelamiento generado por la acción de las ramblas. Es el ámbito de las cuevas que según avanza nuestro camino se hacen más profusas.
Llegamos hasta la Barreria del Alambique, uno de los vestigios que quedan del poder productivo de la uva de embarque en esta población.
Aquí se prevé instalar el futuro Museo de la Pólvora de Bentarique, un recurso característico de este municipio durante siglos.
Situada frente a un descampado, hoy Plaza de San José, donde habían unas antiguas eras comunales, encontramos actualmente esta pequeña ermita de una sola nave cubierta con bóveda de cañón y cabecera poligonal en cuarto de esfera. Se trata de la ermita de San José.
Hoy es utilizada por los feligreses del municipio pero primitivamente sería la antigua capilla privada de la vecina Casa Grande, tal como refleja el hueco en el coro situado a los pies y que permitía un acceso directo y privado para oír misa y tomar la comunión.
La sencilla portada de acceso presenta un arco de medio punto enmarcado por dos columnas de orden compuesto que sostienen una pequeña cornisa con dos pináculos y encima una sobria hornacina con tejaroz y una espadaña con la campana como remate.
Si seguimos en descenso por la calle Luchana volveremos al lugar de partida de nuestra ruta urbana.
Esta es otra de las propuestas que les puedo ofrecer a las agencias de viajes y Tours Operadores, que envíen grupos a la provincia de Almería, como guía turístico oficial.
Recordar que muchos de los recursos a visitar se catalogan como Bienes de Interés Cultural, por lo que sólo deben ser explicados por un guía Oficial, cualquier persona que intente explicarlos sin su correspondiente acreditación puede ser sancionado por ello.
Nota:
Toda la información aquí existente, así como fotos han sido obtenidos de las páginas públicas: Wikipedia, Andalucia.org, turismo Almería de la Excma. Diputación Provincial, páginas de los diferentes ayuntamientos, así como otras páginas de promoción turística. Los vídeos se han compartido los enlaces directamente de las páginas públicas de Youtube.
En la comarca de la Alpujarra Almeríense se encuentra el pequeño pueblo de Beires. Sus pequeñas casas, limpias y encaladas, contrastan con los alrededores del pueblo, el cual se encuentra sembrado por una abundante vegetación. Posee unas vistas sumamente agradables, pintorescas, ya que el pueblo se halla rodeado de árboles de distintas especies frutales y flores de todas las clases entre las casas, pues antiguamente rara era la que no tenía huerto. A estas espléndidas imágenes que nos puede proporcionar un paseo por Beires, tenemos que sumar la panorámica que nos ofrece, desde la Sierra de Gádor al Cabo de Gata, contempladas desde la plaza de la iglesia, situada en el extremo oeste del pueblo. Es en este lugar donde realizamos nuestra primera parada para visitar la Iglesia de Ntra. Sra. de la Misericordia del Siglo XVII.
Muy próxima a la iglesia, en una peña en dirección al Ayuntamiento y al lado del camino, se encuentra un misterio. La curiosa hornacina excavada en la roca albergó en su día una virgen de ignota advocación, aunque su forma y función recuerdan a las tacas o alacenas de las casas árabes conocidas en la Comarca.
Desde el mirador de la Iglesia podemos disfrutar de una panorámica del pueblo con sus dos barrios y su encantador perímetro de huertos y verdor, Sierra de Gádor al fondo, donde destaca el Camino Real de las Fundiciones bordeando su pendiente, el valle del Andarax a los pies, y especialmente en primera fila la ermita de Ntra. Sra de los Desamparados, compartida con los vecinos pueblos de Almócita y Padules, centro de devoción popular de la zona en su tradicional romería de Setiembre.
Asomarse a este mirador representa un cúmulo de sensaciones que no podemos perder.
Nos dirigiremos hasta lo que denomina Museo Abierto «Memoria de la Minería de Beires», que desarrolla seis paradas por el casco urbano, a través de un museo en la calle. Aprovechando ensanches o plazas, recrea la memoria histórica de la minería del hierro, desarrollada entre finales del siglo XIX y los años sesenta del XX.
Cada parada presenta una plancha recreando una escena y un panel ilustrativo. El itinerario por las distintas escenas permite entender el desarrollo, apogeo y crisis de esta desconocida minería del hierro en Beires. Una minería en la que intervinieron ingenieros y empresarios ingleses, franceses y alemanes.
Esta ruta, además, permite disfrutar de un agradable paseo por este municipio alpujarreño complementando la visita con el propio recorrido por la población.
Para llegar a nuestra próxima parada haremos un pequeño trayecto periurbano, pero merece la pena por el disfrute del atractivo entorno y la sensación de tranquilidad que nos embarga. Vamos a visitar la ermita de las ánimas.
Situada en la calle Real, causa sorpresa esta sencilla y pequeña construcción adosada a la roca y con tejado a dos aguas, dedicada a las ánimas del Purgatorio y a la Virgen del Carmen. Allí acuden los familiares y vecinos para rezar, poner velas y realizar ofrendas en favor de los difuntos, a los que debemos salvar del purgatorio mediante la intercesión de los santos y nuestros rezos.
También nos recuerda que debemos estar siempre en paz con Dios y libres del pecado, pues la muerte nos aguarda en cualquier momento. Pero también servía como humilladero para encomendarse a Dios a la salida del viaje, siempre peligroso en aquellos momentos.
Situada a la entrada de la población por el antiguo camino a La Alpujarra esta construcción está ligada a la fuerte carga de religiosidad popular de todo el valle del Andarax desde los mártires de la Guerra de las Alpujarras y la Contrarreforma católica del concilio de Trento (entre 1545 y el 1563).
Aunque oculto por una frondosa vegetación de ribera que aprovecha la humedad y el agua de la fuente de la balsa de la Pileta, podemos reconocer un funcional arco de medio punto sosteniendo el puente del mismo nombre, levantado en piedra. Constituye una obra de ingeniería civil fundamental, que permitió comunicar las dos barriadas de Beires y como paso de un camino general de La Alpujarra. Se construyó entre 1682 y 1715, coincidiendo con el crecimiento económico y demográfico del siglo XVIII.
La fuente obtiene el agua de una mina que se introduce unos 50 metros en la montaña. Primitivamente abastecía una pila de piedra para abrevadero de ganado (de ahí su nombre de Pileta), pero la riada de la famosa «nube de Santa Rosa» de 1871 la destruyó completamente e hizo construir la actual balsa.
Estos lugares se los puedo mostrar a los grupos que visiten la provincia de Almería, durante los Fines de Semana, como parte de una excursión más amplia para conocer la Alpujarra. Trabajo tanto para agencias de viajes como para particulares y grupos privados. Pueden pedirme que les cotice mi trabajo a través de la pestaña de contactos o enviando un correo electrónico pinchando aquí.
Recordar que muchos de los recursos a visitar se catalogan como Bienes de Interés Cultural, por lo que sólo deben ser explicados por un guía Oficial, cualquier persona que intente explicarlos sin su correspondiente acreditación puede ser sancionado por ello.