ALBOLODUY – ALMERIA

Dentro de la alpujarra en la vertiente almeriense y a tan sólo 34 km de la ciudad de Almería, se encuentra  Alboloduy.

Alboloduy_-_plaza_ayuntamiento

Alboloduy se caracteriza por ser un pueblo participativo y tranquilo, con una población agradable y solícita para el extraño que se acerca a conocer este pueblo tan representativo de las tradiciones culturales de la comarca.

Pasear por este tranquilo pueblo es contemplar su arquitectura y tecnología popular. Aún quedan activos en Alboloduy los lagares o jaraíces tradicionales y alguno de los molinos hidráulicos que existieron y que continúan funcionando cada vez que hay agua y grano para moler.

Lo primero que nos va a llamar la atención es su soberia araucaria (Araucaria excelsa), plantada a finales del siglo XIX, que constituye, posiblemente, el ejemplar centenario de mayor porte, en su especie, de la comarca.

Las araucarias constituyen un género botánico con origen muy antiguo por lo que son citados en ocasiones como fósiles vivientes, formados por 19 especies diferentes originarias de América del Sur y Oceanía.

Estos árboles, que pueden llegar a alcanzar los 80 metros, son platas de crecimiento lento, por lo que su presencia les dota de un mayor valor, aunque en el caso de este ejemplar se haya podido beneficiar de su ventajosa ubicación en un suelo profundo y suelto provisto de cierta humedad procedente de la circulación subterránea del río. Antiguamente utilizado como mástil para los barcos, se extenderá como ornamental por los jardines y cortijos de las zonas bajas y medias de nuestra comarca durante el siglo XIX, dando un llamativo contraste al paisaje.

Un segundo ejemplar de este género, pero de menor porte, se ubica a unas decenas de metros, junto al lavadero.

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Desde este lugar nos dirigiremos  por la calle Fuente hacia la Plaza de San Juan.

Es la plaza más importante de la población, un espacio de convivencia así llamado por encontrarse junto a la iglesia parroquial de San Juan, que constituye, obviamente, el edificio más llamativo de la plaza, abriendo su sencilla portada lateral hacia la misma. Junto a esta construcción religiosa, la conservación del conjunto de las casas y el soberbio ejemplar de plátano de sombra (plátanus hispánica), determina el interés histórico-urbanístico del conjunto.

Esta plaza constituye, además, un singular mirador del reloj de la población. La placa cerámica está colocada en medio de la plaza pero nos orienta perfectamente hacia el volumen de la Torre del Reloj, que domina en altura la trama urbana.

Lo habitual es visitar la Iglesia Parroquial de San Juan. Para ello tendremos que pedir cita para que se nos abra. Saben que antiguamente la vida de los pueblos se regía por la hora solar, que se reglamentaba en muchos casos, mediante la utilización de la sombra de algún elemento natural (peñón, árbol…). Ni siquiera la aparición de los relojes de sobremesa o de bolsillo en algunas casas adineradas hizo desaparecer la utilización de los elementos naturales. Con la llegada de los grandes relojes públicos en el siglo XIX, estos se instalan en torres levantadas al efecto o en las de las iglesias, en busca de un mayor alcance sonoro de las campanadas o, incluso, según el dominio laico o religioso del momento. En este sentido, hay que tener en cuenta que el ejemplar que contemplamos se construyó en 1.867, en tiempos del reinado de Isabel II.

La iglesia de Alboloduy, forma parte del último gran impulso estilístico tradicional, el Neoclásico, característico de la segunda mitad del siglo XVIII y primera mitad del XIX. La posición de la torre en el eje central de la nave (en lugar de en uno de los laterales), en este caso situada tras la cabecera, es un signo característico del neoclásico alpujarreño, que busca la simetría académica de forma acusada.

Iglesia de San Juan

Arruinada la antigua iglesia que se situaba en la Plaza Vieja, la nueva, dedicada a San Juan Bautista, se levanta en la zona más baja del pueblo sobre los antiguos huertos, afectando a algunas casas del entorno. Fue realizada por el arquitecto Domingo Thomas entre1796 y 1802.

La Plaza del Ayuntamiento constituye un elemento fundamental en la estructura urbana, asentándose en una zona de crecimiento de los siglos XVIII y XIX. Aquí se ubica el edificio del Ayuntamiento, construido en 1902 y demolido a finales del siglo pasado, aunque respetándose la fachada primitiva, acorde con el estilo historicista de las viviendas burguesas del momento, donde destaca el clasicismo en la distribución de huecos, el uso del arco rebajado, las dos plantas de altura enmarcadas por un reforzamiento en falsos sillares en los extremos, y la característica cubierta plana mediterránea.

Nuestro paseo continua por la calle Muriana, en una esquina de la plaza, para continuar hacia Plaza De San Roque.

AlboloduyPeñóndelMoro

Nuestro paseo continua por la calle Alta. A lo largo de ella pasaremos junto al Zacatín (antigua calle medieval de las tiendas textiles) y a los curiosos callejones en ascenso, para llegar a la calle Rastro, con su curioso balcón de simbología masónica.

Sobre nuestro itinerario, mediante un escabroso acceso, se encuentra el barrio medieval de La Mezquita, donde se localiza el curioso cobertizo del Anetillo, y el barrio de El Barranco también de época musulmana. La placa cerámica se sitúa en el suelo al comienzo de la subida al barrio, por lo que deberemos después retroceder sobre nuestros pasos para continuar el recorrido urbano.

Igualmente, desde aquí se accede al Peñón del Moro, sobre el que se encontraba el desaparecido hizán o castillejo de Alboloduy. Actualmente, además de los escasos restos del recinto militar, se conserva parte del aljibe interior. Los vestigios arqueológicos encontrados en este asentamiento demuestran una anterior presencia de la Edad del Bronce y de época romana.

Continuando nuestro camino por la calle Mezquita nos acercaremos a la base del Peñón del Moro.

Hasta el siglo XIX gran parte del núcleo urbano de Alboloduy se concentraba en las laderas este y sur del Peñón del Moro. Aquí se localizan diversas cuevas excavadas en la roca, algunas de ellas actualmente cegadas, desde donde se comunicaba en ascenso con el castillo. Varias de estas cuevas se pueden observar en nuestro paseo.

Sin embargo, periódicamente, fruto de diversos procesos erosivos, rocas de diverso tamaño caían sobre las casas, provocando importantes daños materiales e, incluso, desgracias personales. Por ello a finales del siglo XIX se destinaron 100.000 pesetas de la época para construir una torre que contuviera los desprendimientos.

Conocida como «La Chimenea», la curiosa construcción, que estimula la curiosidad y desorienta a tantos visitantes, no es más que es una enorme torre maciza, troncopiramidal, de mampostería enfoscada.

Unos metros más adelante, detrás de la torre, se ubica un interesante mirador sobre el río y el Peñón de la Reina, el enorme macizo situado al otro lado del mismo, donde se localiza el más importante yacimiento de la Edad del Bronce de nuestra comarca.

Para seguir nuestro itinerario volveremos sobre nuestros pasos para tomar en descenso la sinuosa calle Cueva hasta llegar a la Plaza Vieja, posiblemente el antiguo zoco medieval. Igualmente, en la Calle Duque se ubica el Museo de Alboloduy, levantado sobre el solar que ocupaba la casa-palacio del Duque de Gor. La visita a este museo se realizará previa petición para su apertura, ya que suele estar cerrado y sólo suele abrir algún ratito los sábados.

Seguimos con nuestro paseo, hasta llegar a la Fuente – lavadero del Siglo XIX.

Corresponde a un soberbio conjunto hidráulico encadenado, que se inicia, en un primer espacio apergolado, con la Fuente de los Siete Caños, donde mujeres y hombres recogían en cántaros el agua que casi a diario llevaban, a mano o en bestias, para el servicio de las casas.

Los caños vierten sobre el canal, antiguo abrevadero, imprescindible para calmar la sed de los animales de carga de los que dependía gran parte de la fuerza de trabajo del pueblo.

Desde allí, el agua llega todavía limpia hasta el lavadero, ubicado en un segundo espacio, donde se ubica una larga pila corrida. Su construcción, ya avanzado el siglo XX, supuso una importante mejora en las condiciones de trabajo de las mujeres que hasta entonces tenían que lavar arrodilladas en la acequia. Finalmente, el agua se vierte a una gran alberca descubierta, que regula los riegos de la margen derecha del río Nacimiento, aguas abajo del pueblo.

Esta fuente de Alboloduy se nutre mediante una espectacular galería de origen medieval, excavada en el la roca, de aproximadamente 4 Kms de longitud, que atraviesa la base del Peñón del Moro, contando con diversos pozos de ventilación y limpieza, algunos de 20 metros de profundidad.

También podemos visitar, la Ermita del Santo Cristo de la Humildad. Con este recorrido podemos pasar la mañana, compartiendo la visita con otros pueblos de la zona.

Recordar que muchos de los recursos a visitar se catalogan como Bienes de Interés Cultural, por lo que sólo deben ser explicados por un guía Oficial, cualquier persona que intente explicarlos sin su correspondiente acreditación puede ser sancionado por ello.

Este es otro de los lugares que les puedo mostrar a los grupos que visiten la Alpujarra durante los fines de semana, Trabajo tanto para  agencias de viajes,  como para  particulares, soy guía turístico oficial. La visita a este pueblo se puede incluir en una excursión más amplia para conocer la zona visitando otras poblaciones como son: Alhabía,  Alsodux, Santa Cruz de Marchena. 

Te puedes poner en contacto conmigo,   pinchando aquí,